A PROPÓSITO DE LOS "DIÁLOGOS"

Un diálogo serio y real se da entre iguales. Si estamos entre desiguales, puede ser todo menos un diálogo. Por lo tanto soñar con que la ciudadana de a pie puede dialogar con el presidente es una utopía, sencillamente porque el presidente tiene el PODER y si le conviene acogerá los pedidos y si no, simplemente los desechara.

¿Que ha obtenido la Conaie a más de la foto con el presidente y el comodato de su casa? (que por principio de justicia es suya). Pues simplemente NADA.

Los movimientos indígenas han “dialogado” con todos los gobiernos de turno y siempre es lo mismo; no tienen resultados profundos. Les han contentado con cositas, proyectitos, carguitos, etc. como para calmar la avalancha.

Gutiérrez llegó al poder con la catapulta indígena y ese romance duro seis meses. Luego les sacó del Gobierno a empellones, claro que después el también salió corriendo, antes de "morir en el intento".

Luego vino Palacios y puso las "mesas de diálogo", ¿se acuerdan?, pasaderas de tiempo que no llevaron a nada y les tuvieron “tontiando” un buen rato.

Y luego el Mashi Rafael, que hizo suyo, por asalto, el pensamiento, discurso y la lucha social e indígena; los utilizó y llegó al poder y en muy pocos meses se quitó la máscara y dejo ver su verdadero rostro de odio, la discriminación y racismo en contra de los indígenas.

No, los diálogos con los gobiernos sencillamente NO han servido a lo largo de la historia. Para el gobierno somos solo una estadística que por ser mínima, no se la considera como actor propositivo de peso.

Hace falta sumar masas, hace falta abrirnos al mundo y no encerrarnos y ahogarnos en nuestros discursos. Tenemos que ser más incluyentes, debemos caminar hacia la conformación del verdadero estado PLURINACIONAL, donde junto a mestizos, afros, cholos, campesinos indígenas y muchos otros sectores sociales empobrecidos y por siempre excluidos, hagamos una fuerza amplia, grande, con propuestas macros y no con agendas mínimas. 

Solo siendo miles o millones seremos peso político y el gobierno no nos llamar al diálogo. Serán  las grandes mayorías las que lleguen al poder y serán ellas las llamen al diálogo a los grupos minoritarios que han gobernado al país toda la vida.

Todos, ¡Por un gobierno de todos!